Nestle es el último caso de crisis corporativa por una mala comunicación en redes sociales. En este post explicaremos desde su origen como se gestó este desastre 2.0 y como podria haberse evitado.
Sorprende que compañías multinacionales que invierten grandes cantidades en sus estrategias Marketing aun no sean conscientes del cambio que las redes sociales han significado para la comunicacion corporativa y de los riesgos derivados de intervenir en estos medios sin conocer y respetar las reglas de etiqueta comúnmente aceptadas por sus usuarios.
Todo empezó el pasado 17 de marzo cuando
Green Peace publicó un informe en el que se dice que Nestlé utiliza
aceite de palma procedente de Indonesia para elaborar sus productos y su proveedor,
Sinar Mas, incumple las leyes indonesias
deforestando la selva y destruyendo el habitat de una especie protegida como los
orangutanes.
Nestle respondió negando la acusación y diciendo que su proveedor es Cargil, pero los ecologistas, que afirman que
Sinar Mas es, a su vez, el proveedor de Cargil, lanzaron una campaña en
Youtube, Twitter y Facebook invitando a los internautas a utilizar un logo modificado de Kit-Kat con la palabra
“killer”.
La crisis
El 18 de Marzo la multinacional suiza consiguió que Youtube retirara el video alegando
uso indebido de su marca registrada y publicó en
su pagina de Facebook una entrada en la que decia a sus fans de que
si publicaban alguna modificación de su logo borrarían la publicación.
A la mayoría de los fans no les gusto
la censura impuesta por Nestle, que en lugar de atender las quejas y preguntas de sus seguidores respondió que tanto el logo como la pagina de Facebook son
propiedad de la empresa, por lo que
únicamente Nestle fija las reglas de participación y si alguien no esta conforme es libre de dejar de ser fan.
Esta actitud ha generado una
ofensiva global contra la empresa suiza, tanto en
grupos anti-Nestle como
Boycott Nestle, Can this orang-utan get more fans than Nestle? o
NESTLÉ: “Killer-Asesino” como en
su propia pagina de facebook, que difunden
listados de productos publicados durante otra crisis de comunicacion ya superada relativa a los productos de alimentación infantil.
Tras dos días bajo el chaparrón y
varios comunicados en su web, un representante de Nestle
intentó sin éxito calmar los ánimos insinuando que la reacción del publico era desproporcionada, ya que no censuraban a todo para permitir solo comentarios positivos. Finalmente,
intentó dar marcha atrás y pidió disculpas por los errores cometidos y sus malas formas, anunciando que dejarían de eliminar los post de los fans, aunque
no parece que la situación se haya calmado.
Conclusiones
Independientemente de la veracidad o no de las críticas recibidas (que desconocemos), Nestle
reaccionó tarde y mal, al no saber adaptar su mensaje a las
reglas de etiqueta seguidas en las redes sociales.
Tampoco supo reconocer en la
modificación de su logo (practica común en Internet) una consolidación de su
branding global. Pese a que en este caso fuera utilizado con connotaciones negativas, el que los internautas modifiquen y difundan un logo esta
al alcance de muy pocas marcas (Nike, Puma, Google, Coca Cola, etc). Si esta crisis se hubiera gestionado correctamente, sin intentar silenciar a sus fans ni prohibirles adaptar el logo corporativo, Nestle podría haber sentado las
bases de futuros éxitos.
Nadie discute hoy día que
tener presencia donde esta tu publico, como en Facebook, es la base de una estrategia de Social Media. Esto implica que es el público, si considera tu
marca y tus
contenidos interesantes o útiles, quien decide
participar y enriquecer tu página haciéndose fan. Partiendo de esta base resulta obvio que f
altarles al respeto diciendo que ese espacio no les pertenece y
censurando su participación no conseguirás generar
confianza en tu audiencia ni un
clima positivo hacia tu marca.
Por otro lado, uno de los objetivos de cualquier estrategia de Social Media es
construir relaciones estables y duraderas con nuestro público objetivo. Para conseguirlo la
honestidad es otro de los elementos clave y utilizar el lenguaje corporativo en estos medios sociales no ayuda. Los usuarios
rechazan los mensajes corporativos y exigen un
trato personal y humanizado, por lo que reconocer los errores y pedir disculpas cuando sea necesario suele ser muy valorado por los usuarios y positivo para las empresas.
Una respuesta sincera y amplia hubiera contenido las críticas y en lugar de incentivarlas como sucedió con la censura. Nestle
no dio explicaciones satisfactorias cuando sus fans lo requirieron y
no se disculparon hasta que se vieron impotentes para contener la
avalancha de críticas (casi una por minuto desde el inicio de la crisis).
Cualquier empresa esta expuesta a las crisis de comunicación y la única forma de superarlas y salir fortalecido de ellas es
asumir las críticas como normales, incluir su
monitorización dentro de los procesos corporativos, darles una
respuesta adecuada mejorando nuestros servicios y
satisfacer las expectativas de nuestro público para generar
confianza.